El día 11 de noviembre de 1916 el P Faustino escribe a M. Julia Requena (Superiora General en aquella época) y le explica su proyecto. El 30 de octubre de 1917, siendo obispo de Jaén D. Plácido Rey de Lemos, se firmó el contrato de compra de la casa, que era propiedad de la diócesis. En ella residía en este momento una comunidad de R.R. Agustinas Recoletas y, anteriormente, hacia el año 1562, había sido propiedad del convento de San Francisco.
Una vez solucionadas todas las gestiones, llegan a la ciudad olivarera por excelencia cinco religiosas de la Divina Pastora, para emprender esta nueva fundación. La Peña, majestuosa, las recibe y ellas se entregan con gran amor y valentía a formar a niñas y jóvenes de aquella época.
La primera Comunidad estuvo formada por M. Ángeles González, M. Margarita Artime, M. Esther Nieto, M. Secundina Herrero (que murió en Martos en 1976, sin haber sido destinada a otro lugar) y M. Caridad España. Estas religiosas, superando todas las dificultades, se entregaron a la tarea educativa, gozosas de poder colaborar en la renovación de la sociedad y de buscar la felicidad humana mediante una educación «integral», según el estilo pedagógico de S. José de Calasanz y bajo el lema «Piedad y Letras», que asume y nos lega nuestro P. Faustino.
Parece ser que en el año 1919, él mismo visitó el Centro y ¡cómo animaría a nuestras niñas y jóvenes a formarse para la vida!
Son muchas las religiosas que han pasado por este Colegio, dejando su huella con gran celo apostólico. Sus vidas, su ejemplo y su recuerdo, están vivos en el corazón de madres, jóvenes y otras muchas personas que tuvieron contacto con ellas. Fueron mujeres convencidas, como S. José de Calasanz y el P Faustino, de que la educación es «la obra más noble, la más grande y la más sublime».
Hicieron un acompañamiento a sus alumnas/os (recordemos el parvulario mixto) desde el amor. Agradecemos su entrega generosa y sencilla.
Queremos tener un recuerdo especial para M. Victoria Valverde, que murió martirizada el día 13 de enero de 1937, cuando era Superiora de la Comunidad, y cuyos restos reposan en el Santuario Virgen de la Villa. La sangre de mártires es semilla de vocaciones. Su muerte floreció y dio fruto. Gracias a su testimonio hubo jóvenes que decidieron entregar su vida al Señor en esta hermosa tarea educativa.
El Colegio sigue su andadura. Es reconocido oficialmente como Centro de Enseñanza Primaria en 1927 y, posteriormente, renovado en 1943. Fue también centro de estudios de Magisterio. En 1966 se implanta e imparte, con carácter oficial, el Bachillerato Superior. En el año 1976 se concede la transformación provisional en Centro de E.G.B. con 440 puestos escolares y 80 en Preescolar, pasando después a obtener la autorización definitiva. También por esta fecha da respuesta a una necesidad educativa de la zona, se crea la Escuela Hogar para 50 alumnas, en régimen de internado, procedentes de zonas rurales. Se imparten clases de Formación Profesional a alumnas mayores.
En la actualidad, el Centro se acoge al concierto educativo en los niveles de Infantil, Primaria y Secundaria. Un Centro abierto a todos, cuyo proyecto Educativo asumimos con ilusión y entusiasmo, profesores, alumnos, padres, Antiguas Alumnas, Movimiento Calasancio, Voluntariado Misionero Calasancio, Taller Solidario y personal de Administración y Servicios, ofertando una enseñanza de calidad, aplicando nuevas tecnologías y educando en valores humanos y cristianos a alumnos/as de hoy, haciendo partícipes a todos de esta tarea educativa.
Rosa Salas Rico