innovación

Inteligencias Múltiples

La investigación actual sobre el cerebro, el aprendizaje y la inteligencia humana a partir de una variedad de disciplinas, ha confirmado que las inteligencias múltiples tiene profundas implicaciones en la educación. El cómo gestionarlas y desarrollarlas es un reto educacional al que ya nos estamos enfrentando

La Educación como proceso adaptativo de mejora continua.

Recientes estudios demuestran que el único límite a la inteligencia es lo que el individuo cree que es posible y cómo sus comportamientos se rigen según esta creencia. La inteligencia no es una estructura estática que puede ser medida y cuantificada significativamente.  Además es un mecanismo abierto, dinámico que puede seguir desarrollándose durante toda la vida.

Howard Gardner define la inteligencia como:

  • la capacidad de resolver los problemas que uno encuentra en la vida real;
  • la capacidad de generar nuevos problemas a resolver;
  • la capacidad de hacer algo u ofrecer un servicio que se valora dentro de su cultura. En su exploración intercultural de las maneras en que las personas son inteligentes, se ha identificado siete tipos distintos de inteligencias: lógica matemática, musical, visual espacial, cinestésica, lingüística, interpersonal e intrapersonal. Si necesitáis más detalle de cada una, consultad el enlace anterior.

Según la teoría de Gardner, una forma de inteligencia no es mejor que otra. Todas son igualmente importantes y valiosas. Sin embargo, descubrió que las diferentes culturas tienen un sesgo hacia y contra ciertos tipos de inteligencias. Nuestra cultura occidental, por ejemplo, favorece inteligencias verbal-lingüística y lógico-matemáticas y tiende a infravalorar otras, como la inteligencia cinestésica. Estos sesgos, añadidos a la teoría tradicional de la inteligencia, han limitado nuestro desarrollo de planes de estudios, estrategias de enseñanza y métodos de evaluación, incluyendo la manera de medir la inteligencia. 

¿En qué consiste?

  • La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner es un modelo muy valioso para el desarrollo de un enfoque sistemático para la educación y enseñanza de los niños y satisfacer sus necesidades y capacidades de la persona. La teoría de las Inteligencias Múltiples recalca la idea de que cada persona es inteligente en todos los siete tipos de inteligencia. Cada persona es inteligente para diversos grados de experiencia en cada una de las inteligencias, más fuerte en algunos aspectos y menos desarrollada que en otros. La herencia y la genética influyen en la forma en la que el cerebro está neurológicamente “cableado” antes del nacimiento y son factores que determinan las inteligencias más predominantes. Esto se ve a menudo en los niños con talentos muy desarrollados a edades muy tempranas, como Mozart, que había comenzado a tocar y componer música de los cinco años.

    Ahora que la investigación demuestra que podemos llegar a ser más inteligentes en más formas, los estudiantes y los profesores pueden llegar a ser más hábiles en estas siete inteligencias, se ha ampliado el abanico. La buena noticia es que esto es posible, proporcionando un ciclo planificado de experiencias y oportunidades que fomenten cada inteligencia. Hay que crear oportunidades a disposición de todos los niños en las aulas. Al ampliar nuestra visión de la inteligencia, y desarrollar habilidades distintas de las matemáticas y la lectura, abrimos otros límites mediante el uso de otras fortalezas de los niños, complementando así sus zonas menos desarrolladas.